Sigue siendo época de paraguas, aunque lo olvidemos porque ya llevamos las gafas de sol. A menudo los que entienden y viven del campo, nos recuerden que no lo abrimos lo suficiente de un tiempo a esta parte. Y aunque se vive muy bien en una eterna primavera, a modo de invocación tribal de las lluvias, antes de que los ríos se sequen y vivamos un verano sin poder abrir los grifos, dedicamos la entrada de hoy a nuestros dos últimos paraguas pintados a mano que hemos realizado. Bueno, por eso y porque nuestros paraguas son siempre un gran regalo, exclusivo y personalizado para los que más queremos.
Aunque a simple vista os parezca difícil apreciarlo, los dos paraguas pintados a mano de Tutti pazzi per labore que os mostramos hoy, están inspirados en la música, aunque de un modo muy diferente, como veremos a continuación. La música emociona e inspira, enseña y acerca. Las melodías quedan enganchas en nuestros labios, los ritmos de algunas canciones nos siguen meciendo días después de escucharlos y sus frases quedan en nuestras cabezas merodeando, después de haber tocado nuestros corazones. Y por esa razón, merecían un homenaje por nuestra parte. No hemos hecho una estatua en su honor, pero si hemos decorado dos “cúpulas” que por lo menos lucen tanto como la de Santa Sofía.
Bailando con notas
El primero de nuestros paraguas pintados a mano, parte de una idea simple pero potente visualmente: siluetas de parejas o personas, hombres y mujeres, solas bailando al ritmo de la música entre las notas y sobre el mismo pentagrama. La verdad es que nos parece que el resultado es limpio, impactante y muy decorativo a pesar de ser un diseño con un solo color, el color chocolate, que sobre el naranja queda realmente elegante y hace juego con el vivo del paraguas. Este paraguas exclusivo es un regalo muy especial para una amante de la música y del baile, así que creemos que lo va a lucir bien orgullosa y con mucho estilo, deslizándose como en los musicales, sin a penas rozar el suelo.



La belleza de las palabras de Trenet
En el caso del paraguas negro de caballero, estaba destinado a un amante y buen conocedor de la cultura francesa. Así que como nos parecía un poco obvio usar imágenes que todos tenemos en mente para hablar de ese país, preferimos partir de una frase de una canción del gran Charles Trenet, uno de sus interpretes favoritos. Íbamos sobre seguro, porque gracias a nuestros espías, sabíamos que “Il faut garder quelques sourires pour se moquer des jours sans joie” de la canción Il Faut Garder La Poesie, es una frase que le fascina. (Su traducción podría ser más o menos “guarda algunas sonrisas para los días sin alegría” y que me perdonen (y me corrijan) los expertos en la lengua francesa si no es muy correcta mi traducción). No era la primera vez que incluíamos una frase en uno de nuestros paraguas pintados a mano, pero en aquella ocasión el proverbio iba acompañado de la potente imagen de un ikebana. Pero el reto en esta ocasión era encontrar la imagen adecuada para complementarla. Entonces se me ocurrió que sería muy interesante convertir a la propia frase en la imagen. Es decir, dotar de carácter pictórico, de plástica al texto mismo. He de decir, que esta idea no se me habría ocurrido si sólo unos días antes de recibir este encargo no hubiera descubierto al gran pintor y ceramista portugués, Manuel Cargaleiro, que curiosamente y cerrando el círculo, lleva casi toda su vida viviendo y trabajando en París.



Estas palabras, que pertenecen a una de las no más conocidas canciones de Charles Trenet, pero si muy bella, como todas ellas, al ir plasmadas con un carácter plástico y al estar en francés, encriptaban su significado a la mayoría de los ojos, y eso me gustaba. De este modo el significado quedaba claro para su propietario, que podía ir con la frase escogida de forma estética más que aludiendo a su significado. Pero como os he dicho, la chispa para que saltara esta idea a mi cabeza, surgió en Castelo Branco, una ciudad maravillosa de Portugal que os recomiendo a todos y donde pasé un divertido fin de semana no hace mucho, y concretamente en no su menos interesante Museo Cargaleiro, una inmensa, y bella, sorpresa.
Toda su obra, pintura y cerámica, es una fuente de color, abstracta y llena de fuerza, que se diversifica en múltiples facetas; una vida de trabajo y arte que abarca ya casi 100 años. Pasé un intenso momento descubriendo toda la obra del pintor expuesta en el Museo que lleva su nombre, y en ese recorrido variado e inspirador mis ojos se pararon en dos de sus obras, que protagonizaban dos poemas, Mario de Sa Carneiro-poema (óleo, 1974) y Vou a inventar uma flor (óleo, 1991). En ambas, al igual que en el mural cerámico de la foto bajo estas líneas, juega con las letras, con sus tamaños, formas y colores, alargándolas, menguándolas, para que la frase forme un conjunto de color, un caleidoscopio que fusiona las letras al mismo tiempo que convierte la frase en puro arte. Algo parecido hemos querido crear nosotros en este paraguas pintado a mano a través de la frase de Charles Trenet.

Fantásticos! Me encantan los dos, pero el naranja me parece precioso!! Y elegantísimo! Muy bonitos Sara, que gran artista
Hola, Alicia. Muchas gracias. El naranja ha quedado muy potente, muy visual, si. La combinacion de colores tambien es un acierto, pero no es cosa mia sino de la clienta que lo encargo. Un abrazo enorme y gracias por leernos y comentar.
Buenos días, Tutti: grazias por esos dos paraguas que compartes. El naranja es la rotundidad y el arte musical;alegre y muy diferente.Invita a danzar bajo la lluvia. Bendita agua que tanto necesitamos. Y luego está ese maravilloso paraguas afrancesado.Con pintura salpicada y letras rompiendo las lineas rectas. Enorme, elegante, tal y como es la pintura del portugués callado y humilde. La obra de Manuel Cargaleiro, Otra semana de aprendizaje. Como dicen los anglosajones: siempre aportando edutainment. Un abrazo y hasta el jueves.
Hola, Amanuense. Gracias por tu comentario, como siempre generoso. Que venga la lluvia y dancemos, que refresque todo y Tutti haga muchos paraguas como estos y de mil diseños mas …jaaajjaaa. Un abrazo
Me encantan me encantan me encantan los paraguas, el naranja es especialmente bonito, dan ganas de bailar bajo la lluvia con él..un abrazo grande¡¡¡
Hola, Cris. Muchas gracias. LA verdad es que el naranja está siendo un éxito: una idea sencilla pero muy clara y visual. Seguiremos investigando por esa línea. Un beso!
Tutti, aquí tienes otra «fan» más del paraguas naranja. Me gusta muchísimo. El otro también, ¿eh? El uso de la tipografía como elemento decorativo, una gran idea. Además me encanta que hayas contado cómo ha sido concebido y creado de modo que nos hagas descubrir y aprender cositas… ahora sé que museo no debo perderme cuando vaya a Castelo Branco 😉 y que debo escuchar más a Charles Trenet (¡qué delicia!). Por cierto que la frase no me extraña que sea la preferida del receptor del paraguas y tu traducción, que seguro es correctísima, me ha encantado. Así que me quedo con ella «guarda algunas sonrisas para los días sin alegría». Gracias Sara.
Buenos días, Beatriz. Te apunto a la lista de fansdelparaguasnaranja 😉 Tienes una cita obligada con Castelo Branco y su Museo Cargaleiro, tú que eres amante de la cultura portuguesa. Un lugar precioso, con unos Jardines del Obispo, ideales para pasear en primavera…y lo tenéis cerquita. Y una comida….si os animáis os paso informes 😉 Los cuadros de Cargaleiro tienen mucha fuerza y la idea de los textos es preciosa. Seguiré investigando ambas vías. Muchas gracias por tu comentario y por seguirnos cada jueves. Un abrazo